Entre toda la lícita confrontación política desatada, entre los que buscan un cambio hacia no se sabe donde y los muchos que abogamos por el continuismo hacia la excelencia desde la solvencia de lo que ya teníamos; confrontación salpicada por graves acusaciones de agravios a trabajadoras, de un lado, y brutales ataques y persecuciones a una concejal de otro:
Resurge el cadáver político de la “ex/casi todo Susana Vila” mintiendo sobre el cementerio de Cacabelos.
Y se despacha, como era lastimosamente habitual en el Tripartito Chavista Bolivariano, y con su buena dosis de paranoicas mentiras, tergiversaciones y ataques furibundos, revolcándose nuevamente en ciénagas del pasado hartamente discutidas, argumentadas y rebatidas, olvidándose deliberadamente que somos otros (la Corporación actual) los que tenemos que resolver tantos desaguisados que su inepta incapacidad, la de la Sra. Vila, no resolvió con su gobierno Tripartito.
Miente deliberadamente en su exposición de hechos, ¿como en 2020 debemos estar todavía resolviendo la ejecución de una sentencia sobre el Cementerio de Cacabelos del 2016? Esa sentencia se perdió por la frontal oposición del Gobierno del Tripartito a la ampliación del Cementerio, lo que desembocó en la indefensión de los intereses del Ayuntamiento, frente a los intereses de una familia.
Miente deliberadamente en su argumentario, si su principal preocupación era la restitución y la recuperación del Patrimonio Arqueológico ¿qué hizo en la zona intervenida por las obras de ampliación del cementerio en sus 4 largos años de mandato? solo restituir la propiedad ocupada a una familia por obligaciones espurias frente al interés general. Respecto al nuevo cementerio también se sube al carro de la demagogia ¿qué hizo al respecto en sus 4 largos años de mandato para procurar nuevos enterramientos?
Miente deliberadamente en sus conclusiones: jamás ha participado Susana Vila en ninguna acción política destinada a solucionar ni este, ni ninguno de los problemas de nuestro Municipio si no, todo lo contrario. Lejos de buscar el bien común, su único logro de gobierno fue el revanchismo, la fallida persecución judicial contra Adolfo Canedo, la injuria y el clientelismo más sectario de Cacabelos en los últimos años.
Es muy triste para el PP de Cacabelos que, tras la interesada desaparición de la escena política municipal de esta tétrica figura, que solo le interesa el Municipio cuando puede vivir de él, sus reapariciones sean para seguir emponzoñando y ensuciando con mentiras una vida política municipal que busca el consenso de futuro para salvar los restos del naufragio del gobierno de Susana Vila y sus camaradas del Tripartito. Consenso con discrepancias, con desacuerdos, con obstáculos en el camino, pero con la mano tendida todavía al consenso para resolver los graves problemas que tiene en la actualidad Cacabelos.