Nos hacemos eco de la queja de un vecino, Rogelio de Paz -compartida por muchos- frente el intolerable comportamiento de un gamberro en la celebración de San Isidro.
Solo será una anécdota desagradable para olvidar, si TODOS recapacitamos seriamente sobre la importancia de crecer en el irrenunciable respeto a la diversidad de los demás.
¿ENSEÑANZA, PARA QUIEN?
Quiero denuncia a través de este medio de información, la INCULTURA, y la FALTA DE EDUCACIÓN, de un “grupito” de gamberros que diariamente acuden a “estudiar” al instituto de Cacabelos, y su objetivo es el insulto, provocación y ofensa, a toda sociedad que se presta en el respeto a todo el mundo, incluido este impresentable IRRESPETUOSO, Y COBARDE ADOLESCENTE, que atenta contra la más mínima educación, del homo sapiens. Pobre mono cuya evolución ha parado el incipiente cerebro de este DESCEREBRADO.
Todo esto lo experimenté el martes pasado, en la celebración de la Santa Misa en honor a San Isidro Labrador, cuando un alumno del mencionado Instituto, y desde una ventana del segundo piso, interrumpió la celebración del acto sagrado para todos los cristianos, diciendo literalmente (y pido perdón por la expresión) ¡ME CAGO EN D….S! respaldado por energúmenos y sinvergüenzas, con casi seguridad, MALOS ESTUDIANTES, cuyas malsonantes, irrespetuosas e inadmisibles palabras, todo el mundo oyó.
Sepa este alumno que su valentía, no sería tal, ni su arrojo tampoco, si esto hubiera dicho en una Mezquita insultando a su profeta Mahoma y Alá su Dios. Y si algún profesor estaba presente, más grave aún.
¿A dónde queremos llegar? Me remito a lo anteriormente expuesto: Aquellos que hablan tan mal de la Iglesia, sacerdotes y religiosos de toda condición: ¿serían capaces de hacerlos en un mundo musulmán? Si no respetas tus creencias, respeta al menos las de los demás.
Esta página tendría que estar colapsada por cientos de quejas de los vecinos de esta Villa, y estoy seguro que lo estará. Han de saber los responsables del CENTRO EDUCATIVO, que suya es la responsabilidad de cuanto suceda dentro del mismo, y su obligación es descubrir y denunciar a los mencionados CABESTROS, cuyo futuro, “Dios nos libre” si algún día pudieran ejercer algún puesto de responsabilidad.
Le recuerdo a la dirección de este centro, que ya hubo amenazas de bombas, años atrás, con la fortuna de ser todo una falsa alarma. Cojan el toro por los cuernos, y ejerzan, no solo como docentes, sino también como EDUCADORES, faceta esta, temida y odiada por la sociedad actual.
Rogelio de Paz Hompanera.