Ante su falta de iniciativas y demostrando una vez más su total incapacidad para presidir una corporación, Sergio Álvarez volvió a echar mano de su ya habitual totalitarismo antidemocrático para apurar el trámite del Pleno Municipal del jueves pasado, de forma vergonzosa.
Desde el mismo momento del inicio coartó y limitó la libertad de expresión y el derecho de intervención del Grupo Popular en la sesión plenaria, con el beneplácito del resto de sus compinches al mejor estilo del Chavismo Venezolano.
No se conformó solo con eso, sino que desde la primera intervención del Portavoz Popular le quitó la palabra cuando sus argumentos sobrepasaban su entendimiento o le molestaban (cual Maduro inmaduro para el cargo que ostenta).
Ante la total falta de iniciativas, volvió a aprobar de forma completamente irregular las Comisiones Informativas Municipales que ya había aprobado en el Pleno del 8 de julio.
Ante alusiones concretas de los grupos políticos del Tripartito al Partido Popular negó y renegó, entre berrinches y amenazas, el derecho de réplica del Portavoz Popular.
De forma completamente injustificada nombró Jueza de Paz a la cuñadísima del padrinísimo del Alcalde que es a su vez concejal del grupo socialista, al mejor estilo Peronista: porque yo lo ordeno; con un expediente municipal defectuoso, con aspirantes excluidos sin justificación alguna y con una tramitación irregular al más puro estilo soviético (porque sí).
Su desconocimiento total de la memoria histórica de Cacabelos y la improvisación de sus propuestas carentes de la dedicación que se espera de un Alcalde (que le pagamos todos), le obligó a retirar el cuarto punto del orden del día ante la ignorante chapuza monumental que planteaba. Pretendía cambiar el nombre de la calle Marquesa de Villaverde de Limia, benefactora del pueblo, convirtiéndola a golpe de decreto en hija del dictador Francisco Franco.
Solo nos quedó el oscuro altercado del Interventor Municipal incomprensiblemente silenciado, tergiversado, torticeramente manipulado…. Pero a este asunto le dedicaremos otras reflexiones.
Y… un suma y sigue que no hubo más que despropósitos propios de quien está absolutamente desorientado y el cargo de Alcalde le viene enorme, confundiendo autoridad con autoritarismo, moderación con ordeno y mando, y de quien confunde una institución democrática con la dictadura del Tripartito, en la que todo vale para extorsionar la principal función de la oposición democrática: el control de la labor del Equipo de Gobierno.
Si el cargo le viene grande vuélvase a casa; pero no persista en el obstruccionismo antidemocrático, en el populismo autoritario y deje de esconder sus grandes carencias para el cargo mediante el ocultismo que se cierne ya sobre su más que preocupante gestión.
